Como el azucarillo en agua
se disuelven las auténticas conquistas
sociales,
si no son defendidas ni reclamadas,
día tras día, en los foros y las
calles.
La gente se aturde y atonta
ante el martilleo constante
de mentiras insidiosas
y “ postureos ” evidentes.
Conviene salir del letargo,
para recuperar lo perdido,
lo derrochado, lo mal administrado,
y desterrar las alevosas acciones e
intenciones.
Hay que desocupar de sus sillones
a los autores de tantos
desaguisados,
salteadores del Orden, la Justicia y la
Ley.
Para conseguir el propósito
pretendido,
hay que aunar el amor patrio y no
actuar por separado.
De “ boquilla ” andan sobrados.
De eficiencia, equidad , justa
solidaridad
y de valores humanos van faltos.
¿ Cómo se ha llegado a esta calamidad
?
La respuesta, se admita o no, sabida
está.
En el aire quedan: ¿ Cuándo, cómo y
quién
nos devolverá la ansiada normalidad ?
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