Con varios nombres, a lo largo de los años, ha sido denominada la festividad del 12-O , desde día de la Raza al de La Hispanidad, hasta llegar a la rotulación actual desde 1987. Más adecuado era el de la Hispanidad, por su clara correlación con la efemérides del descubrimiento de América y lo que significó y llevó consigo, con notoria ventaja de las luces sobre las sombras, aunque la persistente llovizna de la leyenda negra ha ido calando, con la pretensión de oscurecer tan gloriosa gesta y la fecunda labor de culturización , cristianización y hermanamiento. El “injerto” referido por nuestro gran filósofo Julián Marías, utilizando símiles botánicos,que motivó la singularidad colonizadora que devino en Hispanidad, opuesto al “trasplante” británico,holandés y francés en la América del Norte.
Todos los países, de una u otra manera y bajo diferentes acepciones , en base a referencias,acontecimientos u orígenes distintos, tienen su día festivo nacional conmemorativo a festejar.
España, conforme a esa cuasi mundial tradición, también conmemora y celebra su propia fiesta con diferentes y emotivos actos, aunque más bien parece que bastante de la presencia institucional es por obligación o compromiso. Punto y aparte son las ausencias de algunas representaciones autonómicas.Ocurre lo propio en la celebración del Día de las Fuerzas Armadas y otras de cargado valor simbólico cuyo referente común es la pertenencia a la nación española en cuanto Patria común e indivisible.
Los hechos demuestran que la excesiva descentralización periférica ,la voracidad de ciertas autonomías, el victimismo exigente nacionalista, han llegado a casi finiquitar de facto la nación española. Agónica en la UVI, por mor del odio y desprecio de unos o por la pasividad,intereses,cobardía o complacencia de otros; en suma: por todo ese complejo causal que propicia lo que algunos vienen llamando “"El Sistema” . El españolito de a pie , impotente o anestesiado, se ve abocado a la fatal resignación , cierra los ojos a la realidad que, piensa, no puede cambiar salvo intentarlo con el voto.
Buena e ingenua es tal intención, porque irreversible se barrunta el estado de coma actual.¿Qué equipo médico puede devolver la lozanía a un moribundo?.Caben milagros; pero fe ciega, bizarro empeño, grandes dosis de desprendimiento y hábil bisturí se precisaría para ello ,pero ni el funcionamiento del “ Sistema” está por la labor de extirpar el canceroso tumor; ni podría ni facilita, aunque quisiera, reconducir la situación . La única posibilidad ,altamente improbable, sería un pacto “ad hoc” de los dos partidos mayoritarios con implantación nacional. No queda más remedio, entonces, que acostumbrarnos a convivir con el maligno tumor, como un compañero de viaje del que nos despediremos al apearnos en la última estación.
Mientras tanto celebremos el Día de la Fiesta Nacional,pero de qué nación.Nada nos impide,hasta el momento, evocar la,para algunos, “carca” jota que dice:
“ Quien al oír un Viva España y con una Viva no responde, si es hombre no es español y si es español no es hombre”
En todo caso felicitemos a las Pilares, a los aragoneses por su “Pilarica”, a la Guardia Civil por su, también patrona, la Virgen del Pilar y respetuosamente, al toque de oración, recordemos a los caídos que lo fueron sirviendo, o creyendo que lo hacían, a su Patria y Nación.
Invitados estamos a cantar y bailar, a los pies de la Virgen del Pilar.
Precioso e histórico día para rememorar buenos datos de nuestras grandezas pasadas, vaya que si. Yo, me quedo con ésto. Aún reconociendo ese bien perfilado 4º párrafo del ya seguido y releido texto, que con notable madurez y seriedad descriptiva a las circunstancias actuales, posiciona realidades constatadas.
ResponderEliminarA destacar el homenaje a los caídos vivido por mi en directo hoy, con esa música en vivo que eriza y curte hasta las pieles menos experimentadas. Hoy, he tenido la oportunidad de vivirlo de nuevo, entrando como entra por su significado, hasta lo más profundo. Emocionante.
Para finalizar éste sencillo comentario, me gustaría en cuanto al desenlace final del artículo,el cual impresiona magistralmente, por su enmarcado en esa apología de la Virgen del Pilar, recordarla por sus innumerables parabienes y su coincidente celebración nacional.