miércoles, 6 de octubre de 2010

AL EMBAJADOR DE VENEZUELA EN ESPAÑA

 

Cuando ayer se escribió “El bravucón de Hugo Chávez”, se desconocían otras declaraciones del embajador de Venezuela en España, por lo que vamos a dedicarle unas líneas sin perder más tiempo en ello; no vale la pena. Quien tendría que actuar es el Gobierno de España diciéndole :“caminito de Venezuela", pero ya.

Mire Vd., Sr. Embajador, las “serias dudas” que Vd. dice tener sobre cómo fueron obtenidas las declaraciones de los 2 etarras detenidos por la Guardia Civil, quienes manifestaron haber sido adiestrados por otro etarra en Venezuela que goza, él y su esposa o compañera, de las prebendas funcionariales que reparte su “caudillito” Hugo Chávez, es problema de Vd.; como lo son las veladas insinuaciones sobre que el testimonio de los detenidos obedeció a posibles torturas y no tienen valor de prueba.

Vd., D. Julián Isaías Rodríguez, debe ser voz autorizada sobre torturas y vejaciones  por haber haber desempeñado,antes que embajador en España, el puesto de Fiscal General y otros cargos importantes  con Chávez, por lo que menuda “pieza” ha debido ser. Déjese de retorcidas y sibilinas insinuaciones calumniosas, revestidas con lenguaje diplomático de bisutería. Ya que es hombre de leyes, no se entrometa en el funcionamiento de la justicia española ni, abusando de su “status”, haga juicios de intenciones sobre procederes policiales españoles que desconoce. Sus conocimientos  sobre torturas y otros abusos, deben obedecer a lo que puede ser habitual en el régimen bolivariano de su dilecto amo y señor del que es vocero. Es por eso por lo que  viene como anillo al dedo lo de “cree el ladrón que todos son de su condición”.¡Ande!, limpien su casa, que la nuestra, en lo que Vd. maliciosamente sugiere, no necesita escoba.

Tal vez Vd. también sea digno de  lástima, aunque no lo creo, por el papelito que le ha tocado desempeñar circunstancialmente, si ha sido a su pesar; o no,que es lo probable, si cree en la bondad de la revolución socialista bolivariana y sus métodos expeditivos, en los que cabe sospechar su complicidad ya que, de no haber sido así,no hubiera estado en cargos tan relevantes. En cualquier caso aprenda buenos modos diplomáticos puesto que ejerce como embajador en España.

Uno que no es diplomático, político ni jurista, no tiene empacho en dar credibilidad a lo, que al respecto, declararon los 2 terroristas; como desconfiar de quienes se empeñan en afirmar que el entrenamiento a ambos y a otros en Venezuela se hizo sin conocimiento de su gobierno, pese a algún gesto de cara a la galería internacional y palabras hipócritas de repudio en contra del terrorismo etarra . Es tan solo cosa de algún conocimiento por lecturas fiables,perspicaz observación y sentido común; ajeno a los tortuosos vericuetos políticos, diplomáticos y de otro tipo que se mueven “subterráneamente”. Esto es otro cantar,vedado al común de los mortales y en cuyos entresijos nos perderíamos.

Deseo lo mejor para su país como para el mío y no lo garantizan quienes, precisamente, están al frente de los respectivos gobiernos ni sus entusiastas y domesticadas cohortes. Gran estómago agradecido el del embajador, cuando se presta,sin pudor, a leer el vil papel inspirado por el bravucón Hugo Chávez.

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