La publicación del pasado día 19, “Dialéctica política y marketing electoral”, terminaba así :”…no está la cartera para veleidades, amarrarla bien que en un descuido y en cualquier momento nos las pueden robar”, en sobreentendida alusión a la grave situación económica y de empleo, como a la pérdida de capacidad adquisitiva; esa al menos fue la intención, sin ninguna relación con el vídeo electoral de las juventudes de CIU, cuya existencia y contenido me era desconocido en esa fecha.
Posteriormente lo he visto, apareciendo en él un individuo enfundado en un cartel que representa el territorio peninsular de España, con los colores de la bandera nacional , oteando por las calles en busca de a quién sustraerle la cartera, hasta que consigue robársela a una persona. En el citado vídeo figuran leyendas finales, siendo una: “Aturem l´espoli” (paremos el expolio), siguiendo con la tónica habitual victimista-independentista del nacionalismo catalán.
La burda representación de que España les roba la cartera, lleva implícita, por si alguno aún no se ha enterado, la afirmación de que Cataluña no forma parte de España, según el sentir nacionalista, ni de la nación española única e indivisible. Hay muchos antecedentes de reclamación independentista, de hecho y por expresión (“Freedom for Catalunya”, “Catalunya it´s not Spain” “Som una nació”,…) que, con independencia de su interesada reivindicación oportunista, administran coactivamente en el tiempo para sangrar al resto de España, exprimir el limón y sacarle todo el jugo económico.
Este juego tramposo, sin base histórica alguna, como la dictatorial imposición del catalán, en la forma como hizo CIU al gobernar y hasta ahora el tripartito, más que una afirmación sentimental por descabellada que sea, es una muestra del desprecio que sienten tales nacionalistas hacia el “ser” de España, con la ayuda de los “tontos útiles”.
Hubo un hombre, Joseph Tarradellas, que por experiencias vividas y el “seny” acumulado por años, estaba vacunado contra esos peligrosos delirios e incluso, en momentos que la salud de España no era tan preocupantemente grave como ahora, habló que hacía falta “un golpe de timón”; ahora se precisa de potentes remolcadores para enderezar el rumbo.
Se incluye, por ilustrativo, el oprobioso vídeo de las juventudes de CIU. Pura desvergüenza y asco.Sobran más comentarios y mercaderes.
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