viernes, 7 de febrero de 2014

MENGUA DE VOCACIONES SACERDOTALES Y RELIGIOSAS.

 

De ser, secularmente, "exportadores" de misioneros, se ha pasado a la escasez vocacional. La falta de sacerdotes, religiosos y religiosas, y el vacío en seminarios y conventos, se intenta suplir mediante la "importación" temporal de otras latitudes; preferentemente de aquellas a las que, además del Evangelio, llevamos nuestra cultura y lengua.

El desviacionismo doctrinal y la relajación personal de algunos consagrados y consagradas, por una errónea interpretación del Concilio Vaticano II, a veces esgrimida como interesada auto justificación de un proceder no recto ni ejemplar, influyó en una mayor dejación del compromiso sacerdotal y religioso que ya se venía percibiendo desde antes.

Ello, unido a otros factores( sociales, políticos, ideológicos, económicos, culturales, educacionales,...), explicaría la progresiva mutación de valores y la paulatina descristianización que se observa. Es significativo que el País Vasco y Cataluña encabecen el " ranking", dentro de España, en donde hay menos vocaciones sacerdotales y más distanciamiento parroquial. La explicación parece elemental: gran parte del clero y religiosos, a fuer de ser localistas nacionalistas, han renunciado a la universalidad de la Iglesia; por querer ser sólo pastores de los "suyos", han ahuyentado al resto del rebaño.

Con todo, las llamadas a la conversión y renovada evangelización no cesan y penetran en los corazones receptivos. Muchos de éstos cogerán la antorcha del relevo generacional que se precisa para el pastoreo eclesial. Poderosas e influyentes fuerzas ha tenido y sigue teniendo en su contra la Iglesia; pero escrito quedó: " Las fuerzas del mal no prevalecerán sobre ella". Y es que el testimonio de la caridad, el amor y el perdón son invencibles armas.

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