sábado, 27 de diciembre de 2014

EL AMOR Y LA PAZ.

 

Jesús dijo a sus discípulos (Jn 13,34): Amaos los unos a los otros como yo os he amado. El hijo de Dios, el Mesías engendrado en el vientre de la Virgen María por obra y gracia del Espíritu Santo, nos amó sin límite hasta entregar su vida por nosotros, muriendo crucificado. El mismo evangelista, refiriéndose al amor extremo de Jesucristo, dijo: Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin ( Jn 13,2).

Jesús, cuyo nacimiento celebramos cada Nochebuena, nunca cesó de predicar el amor a Dios y al prójimo, poniendo especial énfasis sobre los más desfavorecidos en la tierra; sus palabras siempre fueron de paz y reconciliación; jamás incitó a la violencia y al odio.

Jesús, cuando fueron a prenderle, ordenó a Pedro enfundar su espada. Las guerras religiosas,¡ que contradicción!, las creíamos historias largamente pasadas; pero los extremistas islámicos, en su errática interpretación del Corán y en pleno siglo XXI, la están llevando hasta extremos inconcebibles de crueldad: conversión al Islam auténtico o exterminio( repárese, por ejemplo, en la persecución de los cristianos en Irak y Siria).

En la oración de S. Francisco de Asís se suplica: Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz. Donde hay odio, que lleve yo el Amor... El AMOR es el presupuesto ineludible para conseguir la PAZ.

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