En todo el orbe católico se celebra la Inmaculada Concepción desde hace siglos. Los franciscanos fueron los impulsores en defender que la Virgen María fue concebida sin el pecado original con el que nacen el resto de los mortales, ya que la que iba a ser la madre de Jesucristo, el hijo de Dios, tenía que ser una mujer sin dicha mácula. El Doctor sutil y mariano, Juan Duns Escoto, afirmó en la controversia que al respecto mantenían los más reputados teólogos del siglo XIII: " potuit, decuit, ergo fecit"; arguyendo que Dios, como omnipotente, pudo, y si convino lo hizo.
Este argumento convenció a los reticentes y fue el inicio de las prácticas devotas hacía la Inmaculada, aunque anteriormente, a nivel popular, ya se la honraba como tal en determinadas partes del catolicismo. Pasó tiempo hasta, que el 8 de Diciembre de 1854 se definió como dogma en la bula " Innefabilis Deus", del Papa Beato Pío IX.
No hay que confundir esta gracia divina con la virginidad de María-definida por el concilio de Efeso en el año 431 y proclamada por otros posteriores-, en cuyo seno se engendró Jesucristo por obra del Espíritu Santo, ya que como respondió al ángel que le anunció que iba a ser madre: " No conozco a varón alguno", añadiendo " Fiat" como aceptación voluntaria de los planes de Dios.
Bajo diversas advocaciones se venera a la Virgen María , siendo especial festividad religiosa mariana el Día de la Purísima Concepción, Patrona de España.
Muy bueno el artículo.
ResponderEliminarFelicidades.
Lico20