miércoles, 17 de diciembre de 2014

SOLIDARIDAD CON LOS NECESITADOS.

 

La solidaridad española- a nivel público, privado y personal- con los más necesitados está fuera de toda duda. Algunos otros países podrán, tal vez, igualarse con el nuestro respecto a ese desprendimiento humano, pero no superarnos. Muchos son los ejemplos que lo atestiguan: donaciones de órganos vitales, ayuda y asistencia de diversos tipos en catástrofes para paliar su efectos, presencia y actuación- conforme a nuestras posibilidades- en zonas de conflicto para contribuir al restablecimiento de la paz y aminorar las angustias de los que sufren...

Una de las labores benéficas en las que destacamos, sin minusvalorar las otras, es la que ejerce la Iglesia a través de Caritas, la obra misionera, la hospitalaria y tantas más, en las que muchos españoles-hombres, mujeres y familias-andan comprometidos dentro y fuera de nuestras fronteras. Incluso lo que podría parecer una nimiedad, como la " operación kilo" promovida en las parroquias, es una iniciativa para facilitar alimentos no perecederos a los que carecen de ellos en los días entrañables de Navidad.

La solidaridad, sea laica o religiosa, nos ennoblece. Es una llamada a la conciencia que nos lleva a ayudar y prestar consuelo y atención a las aflicciones ajenas. Al ejercerla, cada cual según sus posibilidades, se siente una íntima satisfacción y se pone al descubierto que en este mundo convulso, materialista y desigual, aún quedan muchos rasgos de auténtica humanidad que dan lugar a la esperanza de que devenga a mejor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario