El deshojar de la margarita- esta sí, la otra no- lleva al incierto final, aunque presumible, del "impase" político. Si el desenlace en el momento último fuera algún tipo de acuerdo que evitara la repetición de las elecciones, la planta quedaría desflorada y el tallo desnudo haría de calzador.
La solución de última hora, si se produjera y cuando tanto tiempo se ha tenido para consensuar un calzado cómodo, no aliviaría los callos producidos en el andar previo por el camino de baches y pedregal. No ha sido la romería al Rocío, sino por veredas expuestas a salteadores, disputándose el botín entre sí y el mando de la cuadrilla. Sólo les une el desenfundar contra el hombre tranquilo que no gana para disgustos y se enfrenta solo ante el peligro.
Los zapatos metidos con calzador suelen desecharse pronto. Aunque sus vendedores dicen que sí, no prestan.
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