sábado, 23 de abril de 2016

TAMBIÉN CERVANTES Y " EL QUIJOTE"...

A propósito de la celebración del IV centenario del fallecimiento de Miguel de Cervantes Saavedra ( nacido en Alcalá de Henares y fallecido en Madrid) procede recordar la gran mentira- absurda, maliciosa e inútil-, que sobre él y su novela  " El Quijote " se mantuvo en el curso de verano de Crespià ( Gerona), celebrado en Agosto de 2013. Promovido por " La Universitat Nova Història" con la colaboración de diversas entidades catalanistas, recibió la felicitación de Jordi Pujol.  El director del curso fue el profesor Jordi Bilbeny, conocido por sus reiterados dislates historicistas a favor de las ensoñaciones nacionalistas.

En el mentado curso se dijo, por ejemplo, que Cervantes se llamaba Joan Miquel Servent, que "El Quijote" lo escribió en catalán, y que ello explicaría algunos de los errores lingüísticos que se aprecian en las versiones traducidas al castellano.

Esto, que aisladamente podría mover a la hilaridad, es una evidencia más de hasta qué extremo se produce e inculca la desculturización nacionalista-separatista; forma torticera de desvirtuar y negar la verdad para, añadiendo agravios infundados e incumplimientos de la legalidad, ir preparando el camino conducente a la pretendida nación catalana soberana.

Don Quijote se enfundó armadura destartalada, y a lomos de Rocinante se fue, cual los caballeros andantes de sus lecturas, en busca de aventuras, a "desfacer" entuertos y ofrecer sus triunfos a la sin par Dulcinea del Toboso.

Los nacionalistas-separatistas se han embarcado en una loca aventura, están originando más que entuertos, son tropa sin el tradicional "seny" catalán y desdeñan lo español. Por eso ahogan en su feudo el castellano, dan alas a los que dicen que el Quijote fue escrito en catalán y asignan a Cervantes una falsa filiación y origen.

Mejor que centren sus esfuerzos protegiendo el " ruc català " ( burro catalán de cabeza grande, color negro y muy resistente), del que quedan pocos ejemplares y está en vías de extinción. Al fin y al cabo es una reivindicación ecologista de un asno manso y autóctono de Cataluña, que hubiera querido Sancho Panza para sí.









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