jueves, 7 de abril de 2016

EL PRECIO DE UNA AMBICIÓN


España está en una grave encrucijada. Del modo como se salga de la misma dependerá el estado futuro de nuestra democracia,  la unidad de la Nación, la recuperación económica y del empleo y, en suma, el bienestar de los españoles conviviendo en concordia, prosperidad y libertad.

Lo sensato, tras el resultado de las últimas elecciones generales, hubiera sido la llamada gran coalición ( PP, PSOE y C´s) para sacar a España del atolladero y afrontar los retos de nuestro país con esperanza e ilusión, conformándose un gobierno presidido por la fuerza más votada(el PP). Pero el veto del jefe de filas de los socialistas, Pedro Sánchez, los socialistas, Pedro Sánchez, y parte destacada de sus actuales mandamases, a Mariano Rajoy y los populares, lo hicieron imposible.

Sánchez desoyó las sugerencias y los diversos mensajes lanzados al efecto; incluso los de varias figuras señeras y respetables del socialismo. Pesó en él más el odio a la " derecha", la ambición desmedida por alcanzar la Moncloa y su personal supervivencia política que el interés superior y el servicio a la Nación, siendo el causante y máximo responsable del laberinto endiablado en el que nos encontramos. Sólo si Sánchez fracasara en sus intentos, podría intentarse la gran coalición, que requeriría, si se optara por ella, renuncias y cesiones por parte de los tres partidos arriba citados.


El caso es que la cosa política está encanallada y sin visos de solución. Y si Sánchez, para poder optar a una segunda investidura y ser elegido Presidente, se apoyara en la extrema izquierda populista y del independentismo-pasos está dando-, acabaría siendo rehén de ellos y las consecuencias para España serían nefastas. Precio desorbitado e infecto para colmar una ambición.

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