viernes, 13 de mayo de 2016

EL CASTILLO

Se atribuye al jurisconsulto inglés Sir Edward Coke ( 1552- 1634 ) el dicho “ Mi casa es mi castillo”; afirmación referida a la inviolabilidad del domicilio. De ello se deduce que cada cual es el “ rey o señor” de su casa o morada y, por tanto, decide a quién le facilita o le deniega el acceso.

Si el domicilio- espacio físico- es inviolable, mucho más lo es el inmaterial que alberga  las capacidades superiores que dignifican al ser humano; esas que le permiten desarrollarse en su integridad mediante el ejercicio volitivo, libre y responsable.

El relativismo imperante manipula conciencias, impone sus dictados, y pretende que se pierdan las referencias que ennoblecen a las personas y a la sociedad en su conjunto. El nihilismo va, sin pausa ni descanso, subvirtiendo los valores más preciados, socavando los cimientos del castillo interior y trocando rey por vasallo.


Desde lo alto de las almenas hay que estar vigilantes, levantar el puente, cerrar el paso a sus voceros y defender el  castillo. Vayan descubiertos o embozados, no crece la hierba donde pisan sus caballos.

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