La “ estelada
“, como símbolo del independentismo catalán, además de representar las
aspiraciones secesionistas, es el estandarte bajo el cual se manifiestan éstas en
su formas más abyectas. Concretadas en acciones en contra de la unidad de la
nación española y sus símbolos, despliegan todo su furor, infringiendo la
legalidad e incumpliendo las resoluciones judiciales, con tal de imponer su
doctrina totalitaria y excluyente.
Esta bandera
de la sinrazón partidista es provocadora y cercena las libertades de los
catalanes que no la sienten como suya. Además de ser intimidatoria para el no
afecto al nacionalismo-separatista, es opresora, discriminatoria, violenta los
derechos constitucionales y tiene vocación expansiva. Invade cuantos terrenos le
son de utilidad a sus fines reivindicativos y propagandísticos, hasta los
deportivos.
Mañana, por
decisión judicial discutible, las “esteladas” se exhibirán victoriosas en el
madrileño estadio Vicente Calderón durante la final de la Copa del Rey. Su
presencia y lo que significa viola las reglas del deporte, ofende y violenta el
sentir mayoritario de los españoles. Aunque no guste ni se comparta la
resolución judicial, no queda más remedio que acatarla y cumplirla. La
desobediencia judicial y la ilegalidad son patrimonio del
nacional-secesionismo.
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