sábado, 28 de mayo de 2016

LOS AMORES DE MADURO

 
 


De Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela, dijo recientemente el ex presidente de Uruguay, José Múgica: “ está loco como una cabra”; respondiendo el aludido que" sí, loco como una cabra, pero de amor por Venezuela, por la revolución bolivariana”.

Como dice el refrán, “ hay amores que matan”. Y esos amores declarados por Maduro han llevado a su país a la extrema necesidad, siendo el verdugo de sus opositores y el opresor que sofoca las ansias de libertad de los venezolanos. Fue elegido democráticamente, pero como suele ocurrir con los revolucionarios populistas- repárase en la trayectoria de su antecesor y mentor Chávez- enseñó y puso en práctica su aténtica faz, que ya tenia acreditada, desde la Presidencia. Y en ello sigue, pero a peor con tal de aferrarse al poder.

Como todo dictador “ de facto” en apuros, precisa inventarse enemigos externos para resistir y desviar la atención de los problemas gravísimos que acucian a su país, originados por él y la revolución bolivariana. Sistemática y principalmente lanza sus dardos ponzoños contra el Gobierno de España, su Presidente, los medios y personajes de relevancia que se solidarizan con los presos políticos de Venezuela y reclaman el elemental bienestar, la preciada libertad y la democracia sin cortapisas en dicha nación.

En fin, es una figura grotesca, asilvestrada y un energúmeno desenjaulado, que no merece regir los destinos de los venezolanos. Como no andemos con tiento aquí, podría sobrevenir igual o similar debacle que allí. De momento ya se ven y se notan signos preocupantes de la exportación bolivariana en ciertos ayuntamientos y comunidades cogobernadas por podemitas, sus confluencias y afines.

Además de estar junto a los venezolanos necesitados y represaliados, hay que escarmentar en cabeza ajena. ¿ Seremos capaces ? Más nos vale.

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