Se creía que con los pactos y compromisos previos para concurrir a las últimas elecciones municipales, y una vez visto el resultado de las mismas, se despejarían muchas incógnitas sobre la constitución de los nuevos ayuntamientos. Pero la tensión duró hasta el último momento, salvo en los pocos casos de una clara mayoría absoluta de los candidatos a encabezar los consistorios, produciéndose algunas sorpresas incomprensibles por incumplimiento de lo acordado y esperado.
Una vez elegidos los nuevos alcaldes, se discute sobre el reparto de las concejalías, se lanzan mutuos reproches y la espada de Damocles amenaza sobre la consistencia o duración de determinados pactos, que podrían condicionar el resultado de las cercanas elecciones autonómicas.
A todo esto hay que añadir que se sigue con el gobierno de la Nación en funciones. Voces autorizadas del mismo dicen una cosa y poco después la contraria; esperando ver si consiguen los apoyos suficientes para que Pedro Sánchez sea investido como presidente del Ejecutivo. Ahora manifiestan que, de no conseguirlos, Sánchez optaría a gobernar en solitario con su exigua mayoría, cuando anteriormente hablaban de la posibilidad de convocar elecciones generales.
El caso es que, entre unos y otros, están abusando de los votantes. Mientras tanto, el país languidece y gran parte del común, metiendo a todos los políticos en el mismo saco, no sabe a qué atenerse ¡ Vaya enredos y líos que arma la política !
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