OLA DE CALOR

¡ Vaya murga que nos están dando con la ola de calor ! Está bien que nos recuerden lo que conviene hacer para aliviar los rigores de la misma : la alimentación recomendable, beber agua con frecuencia, evitar la exposición al sol en determinadas franjas horarias, extremar el cuidado de las personas más vulnerables-  mayores, niños y enfermos-, proteger la cabeza con gorra o sombrero etc. Son las recetas de siempre, que la experiencia popular ha aconsejado y aplicado en las épocas estivales, cuando los termómetros se han disparado, para evitar deshidrataciones, insolaciones y golpes de calor.

Las labores agrícolas empezaban al amanecer, interrumpiéndose sobre las 10 de la mañana, y si se reanudaban era a partir de las 6 de la tarde. El riego de los campos, por la noche. Las persianas de las casas, bajadas; y si soplaba el viento abrasador de poniente, las puertas y ventanas cerradas. Éstos son algunos de los recuerdos de la niñez, como estar a la fresca en la tertulia vecinal y cenar en la calle, sin faltar la sandía y teniendo siempre el botijo a mano.

Ahora el frigorífico es imprescindible. Antaño lo suplía la barra de hielo. Subsiste, aunque menos, el abanico para aventar el aire. Hace unos pocos años, para recordar anécdotas y costumbres estivales, tres amigos cenamos de bocadillo en un jardín público; pero la constante circulación a motor, en vía paralela al jardín, nos privó de la placidez y encanto de aquellas noches a la fresca.