Cuando las ideas no fluyen, la pantalla del ordenador está en blanco, sin letras que se proyecten sobre ella. Puede ocurrir esto cuando hay dudas sobre qué tema escribir; por no reiterarse cansinamente en los asuntos tratados con anterioridad; porque mejores plumas lo hacen; o bien debido a las dudas que aparecen acerca de la utilidad, surgiendo la cuestión de por qué, para qué y a quién le interesa. Muchas veces se tiene la tentación de arrojar la toalla, pero vuelves a escribir y dejas al descubierto una parte del “ yo “, con sus inquietudes, dudas, medias verdades y ensoñaciones.
Por ello son de admirar los profesionales que a diario o con asiduidad escriben su artículo o columna en los periódicos. Hay que tener talento e ingenio para serlo y hacerlo, máxime cuando muchas veces, de la incipiente nada, ofrecen al lector un relato de buena factura. A los aficionados, una vez “ matado el gusanillo “, sólo les queda desear que la pantalla no se obstine en permanecer en blanco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario