Su profesión era “ ama de casa “. Su exclusiva tarea: ocuparse de las labores de hogar, la crianza de los hijos pequeños, la atención al núcleo familiar y la administración del dinero que entraba en el domicilio. En algunos casos compaginaban esas actividades con otros trabajos manuales y servicios, más o menos eventuales. Eran aquellos años en que la penuria se extendía por en España. Sólo las clases pudientes, en mayor o menor medida, podían permitirse el lujo de tener servicio doméstico.
Con el posterior desarrollo económico de finales de los cincuenta y década de los sesenta del siglo pasado, empezó a surgir la clase media, que llegó a estar muy extendida en el país, liberando parcialmente a la madre de tan pesada carga. Así mismo, la juventud- chicos y chicas- tenían más posibilidades de acceder a la formación universitaria y mejores empleos. Actualmente, las mujeres sobresalen en muchas de las diferentes actividades de la sociedad.
El avance conseguido se debe en gran parte, además de al marido trabajador, a aquellas “ amas de casa “ que fueron el “ alma” de la familia. Queda pendiente reivindicar y reconocer el papel impagable de las citadas madres y, sin alardes estridentes, exteriorizar el orgullo por ellas.
Punto de encuentro en el que confluyen opiniones y reflexiones con el afán de aportar un granito de arena al bien de España, de su unidad y lengua universal, la fraternal concordia, recuperar valores ya en el olvido y reivindicar las raíces cristianas de Occidente. Para ello es preciso tomar postura, aspirar a ser un actualizado CRUZADO cuyas armas sean la palabra, la pluma y ejemplar ciudadanía.
viernes, 28 de junio de 2019
“ AMA DE CASA “
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