lunes, 27 de abril de 2020

AMANCEBAMIENTO DE CONNIVENCIA

Ver a Pablo Iglesias sentado en los consejos de ministros y comparecer ante los medios produce una mezcla de repelús e incredulidad. ¿ Cómo y por qué ha llegado a ser vicepresidente del Gobierno este individuo de ideología y vocación dictatoriales, propias de los Estados bananero-bolivarianos ? Bastaba ver vídeos suyos e intervenciones en televisión, cuando era “ un don nadie “, para percatarse de su peligrosidad e intenciones en contra del Estado democrático-constitucional. Su llegada a los cielos del poder se debe a la cancha que le dieron desde los sectores de esa izquierda mediática, anclados en la revancha sectaria, a oscuros apoyos externos y a la posterior designación digital de Pedro Sánchez.

Iglesias tiene a su favor que nunca ocultó sus intenciones, persistiendo en las mismas pese a su actual posición económica y social.Se ha concedido licencia para disparar verbalmente contra sus fobias:  la Monarquía, el Poder Judicial, la separación e independencia de los tres poderes clásicos, la economía productiva de mercado, el capitalismo responsable y creador de empleo, y un largo etcétera de sus ensueños comunistas.

Pedro Sánchez, con sus tiras, aflojas y ambición personal enfermiza, no desautoriza los exabruptos y las soflamas incendiarias de Iglesias. Hay un amancebamiento político de conveniencia entre ambos, pero las consecuencias de tal unión, si no se rompe a tiempo y se impone el socialismo moderado, serán catastróficas.

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