Mira, listo, Pablo Iglesias: avergüenza que seas ministro- vicepresidente del Gobierno de España. Si lo eres, es porque el presidente Pedro Sánchez accedió a tus exigencias de formar parte del Ejecutivo central y a que se integraran otras personas de tu partido Podemos. Sánchez rechazó la oferta de otras formaciones políticas de centro-derecha para que él pudiera gobernar, sin recurrir al gobierno de coalición con Podemos. Y así nos va, con un Gobierno en el que se nota tu ascendencia bolivariana, populista y comunista, en el que su presidente se ha convertido en tu rehén, ya que marcas el paso en bastantes de sus decisiones.
Ahora aparentas ser demócrata y moderado, pero tu historial de activista antisistema desmonta tu superchería. Ni siquiera el vivir ahora como un burgués rico, incluida la dacha de lujo en Galapagar, te ha hecho caer del caballo encabritado. Sigues empecinado en tu ideología sectaria de siempre.
Una de tus últimas perlas fue el tuitear, refiriéndote a nuestro Rey, que “ jamás viéramos a un jefe del Estado aparecer vestido con uniforme militar, porque es un representante del pueblo; donde el ejército estuviera subordinando al poder civil “. Sabes que la Constitución establece que el Rey es el Capitán General de los ejércitos, y que éstos están a las órdenes directas del Gobierno, pero tú la interpretas torticeramente a tu conveniencia política. Si de ti dependiera la convertirías en irreconocible y provocarías el cambio del Régimen beneficioso que se promovió en la Transición. Ten paciencia, Iglesias; desecha tus ansias de presidir una hipotética y futura República. Ya has llegado a donde no mereces.
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