viernes, 23 de octubre de 2020

TRAS LA MOCIÓN DE CENSURA

  

 
Aun sabiendo que la moción de censura presentada por VOX contra el Gobierno social-comunista de Pedro Sánchez no prosperaría, porque no tendría los apoyos mínimos suficientes, el desarrollo de la misma ha sido doloroso y ha fortalecido más al Ejecutivo que se pretendía desbancar, además de que los secesionistas se han valido de ella como altavoz amplificador contra España.
 
Hace unos días nos pronunciamos para que Ciudadanos y el PP dieran el sí a la moción. El primero se decantó pronto por el no, y el segundo pareció que iba deshojando la margarita, hasta que Casado, en su intervención de la segunda jornada dijo no.
 
Casado causó estupefacción generalizada en su inesperado y durísimo ataque a VOX y a la persona de Abascal, desconcertando a la inmensa mayoría de sus respectivos votantes, que se preguntan el porqué de tan desaforada descalificación y menosprecio, al propio tiempo que agradaba los oídos del Gobierno y de sus apoyos indeseables. ¿ Se debió para hacerse valer ante los españoles y la UE como el líder del centro-derecha, que es capaz de generar confianza, garantizar la moderación, promover la recuperación y la defensa de las libertades y la separación de poderes, o es que hay otras razones desconocidas ?
 
En vez de centrar primordialmente su discurso en desmarcarse de VOX de forma tan inusitada y áspera, debería haber arremetido, una vez más y con mayor contundencia, contra el Gobierno, lo que era perfectamente compatible con discrepar contundentemente y sin tanta virulencia con Abascal, señalando lo que les separa, afearle la inutilidad e intencionalidad de la presentación de la moción, que en el fondo parecía estar motivada para dar el “ sorpasso “ al PP, así como para manifestarle el hartazgo de soportar la descalificación de “ derechita cobarde “ inferida por su formación. Después hubiera podido decidirse por la abstención, con lo cual no hubiera coincidido el sentido del voto de su formación con el de Podemos, BILDU, separatistas y similar calaña.
 
Cuando hace más falta la unión del centro-derecha y la derecha, se ha producido una herida de cicatrización difícil, aunque en política nada es imposible. Ya se verá quien sale mejor o peor parado. De momento hay abierta una brecha en la derecha. Tendremos Sánchez para rato. España, tan necesitada de moderación y sobrada de divisiones, odios y crispación, sigue a la deriva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario