domingo, 5 de septiembre de 2021

FALLAS 2021 EN SEPTIEMBRE

  

 
 
 
Hoy, con la “ Nit de la Cremá “,
 
terminan las fiestas falleras,
 
suspendidas en dos mil veinte por el Covid.
 
 
Aplazadas al año actual,
 
se están celebrando, con restricciones,

en este mes Septiembre,
 
porque el virus sigue estando ahí.
 
 
Por culpa del maldito bicho
 
se ha interrumpido la tradición
 
de festejarlas en Marzo,
 
para dar la bienvenida a la primavera.
 
 
Ojalá que el fuego purificador
 
calcine también al virus mutante;
 
no merece ser indultado,
 
no es un “ ninot “ de falla
 
sino una mortífera plaga.
 
 
Los monumentos falleros
 
tienen gracia, ingenio, sátira y colores;
 
hechos por extraordinarios artistas,
 
y auspiciados por las falleras comisiones,
 
compartiendo desvelos y el común afán
 
de plantarlos en plaza y calles,
 
para que luzcan y embelesen.
 
 
¡ Que goce la gente con su visión ,
 
orgullo de la acogedora Valencia;
 
sonar de alegres pasacalles musicales,
 
retumbar de las “ mascletás “,
 
los castillos artificiales suben al firmamento,
 
iluminándolo de luz, estampando figuras de colores !
 
 
En la ofrenda floral a la Virgen,
 
a las falleras se les nublan los ojos
 
ante la “ Mare “, la “ Geperudeta”.
 
Lágrimas de amor a Ella, rocío de emocionados 

recuerdos por sus seres queridos, que ya no están:
 
a muchos, el Covid adelantó su partida final.
 
A la Virgen de los Desamparados elevan súplicas,
 
confían en su intercesión, para que estén gozando 
   
del cielo, y a los que aquí seguimos nos proteja de 

todo mal.
 
 
La “ mascletá “ municipal suena fuerte y cerca,
 
mientras una mujer joven cruza el paso de peatones;
 
a su espalda, el potente fragor de los estallidos,
 
bajo sus pies siente del suelo el temblar. 
 
 
Sus lloros y rostro compungido son ostensibles,
 
torrente de pena brota de sus ojos,

es observada con disimulo, llevando a pensar 

si es por la muerte de un ser próximo y querido,
 
tal vez fallero o fallera, que ya no puede disfrutar
 
de las fallas, del estruendo del disparo de los fuegos
 
ni del humo embriagador de la pólvora.
 
 
Solitaria, siguió caminando con su pesar incontenido,
 
sin detenerse ni echar la vista atrás. 

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