Puigdemont, culo de mal asiento,
estratosférico personaje paranormal,
con lo bien que estás
en tu belga republicano aposento,
te dio por ir a Cerdeña
para folklorear y fullear con tu
peña.
Al pisar el aeropuerto
fuiste detenido de inmediato,
creándonos un follón de espanto.
Tanto si te dejan en libertad
o te extraditan a España,
continuarás con tu tozudez de mulo,
queriendo recuperar el principal
asiento
de la “ Generalitat “.
Tu obsesión por ser presidente
de la onírica e imposible
república catalana,
es un clavo ardiente
en las posaderas de la también
aspirante
“ Esquerra Republicana “.
Huiste, dejando en la estacada
a los que fueron al trullo;
no has parado de marear la perdiz
en el Parlamento europeo, juzgados y
tribunales,
para no compartir cárcel y barrotes
con Oriol Junqueras y los otros separatistas
cuates.
Ahora, tras tu “ coloqueta” en la isla
sarda,
los enfrentados secesionistas hacen
piña
en torno a tu desventura,
insistiendo en amnistía e
independencia,
pero cada uno de sus grupos
barren para su casa y para sí;
no olvidan que les traicionaste
al dejarlos tirados y largarte de
aquí.
Surgen interrogantes sobre si tu arresto
no lo esperabas, sí fue pactado o lo
provocaste;
fuera como fuese, ha originado un embrollo del
copón,
sin saber la gente con cuál carta
quedarse.
Si te entregan a España,
que sea para prisión sin indulto.
Si te ponen libre, regresa a
Waterloo;
tal vez sea preferible tenerte
lejos,
que goces para siempre del dorado “ exilio
“,
con gastos a escote pagados por los desafiantes “
escamots”,
a condición de que no incordies, no oírte ni
verte.
Allí, entre brumas, te aconsejarán las
pitonisas,
frecuentarás brujos, hechiceros,
y te harán sortilegios, ¡ pájaro de mal agüero !
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