sábado, 30 de julio de 2022

SÁNCHEZ AL DESNUDO

  

 
 
Yo se bien que estoy en lo alto,
y que el día que sea desalojado de la Moncloa,
la mayoría brindará y no se entristecerá.
 
Con el dinero expoliado a  los contribuyentes
y los fondos europeos, hago siempre lo que quiero.
Mentiras, autobombo, derroches y regalías compra- 
votos son mi norma y ley.
 
No tengo trono ni reino,
pero aspiro a ser Jefe de Estado republicano,
con la ayuda de los que me auparon,
si sigo en la gubernamental poltrona.
Por algo me someto a sus desafueros y chantajes,
aunque sean contrarios a la ley,
 
El manual de resistencia y una piedra en el camino,
me enseñaron que mi destino era escalar,
rodando cuesta arriba y rodeándome de aduladores.
Si estorban y exceden en aspiraciones,
sólo es cuestión de cesarlos y recambiar.
 
Desde el Super Puma y el Falcón
veo minúsculos a los de abajo.
¡ Pobres criaturas !
Para ahorrar energía, que anden
o circulen en bici.
 
Si los calores sofocan
a ministros, ejecutivos y políticos,
que se quiten la corbata,
siguiendo mi recomendación.
Lo extraño es que no les haya sugerido
la falda fresquita y corta,
tal vez lo diga Irene Montero.
 
Mi compromiso es con los necesitados,
mi lucha contra el gran capital,
mi revolver y cartuchería el BOE;
disparo a discreción.
 
A base de palabrería paso años y días,
los que me critican no entienden
mi bonhomía, son los de la derecha
y los que fuman en puro.
 
A la de Igualdad le consiento
sus disparatadas ocurrencias;
mientras se pitorrean de ella
se olvidan por horas de mi.
 
El caso es sacudirme las pulgas de encima,
echar la culpa a los de antes y a quien se tercie.
El jefe nunca se equivoca, y si los precios
han subido de media un 10,9 por cien,
gracias a él no están al 14-15.
 
Al final de las vacaciones
sabréis lo que vale un peine,
no será porque no aviso.
Pero el que, como yo, tiene el riñón cubierto,
no tiene porqué preocuparse por ahora,
ya les esquilmaré a su debido tiempo.
 
Mas lo mío que no me lo toque nadie,
lo que tengo y lo que poseeré de por vida.
No soy Rey, ni tengo sus ataduras y deberes.
Soy el Presidente del Gobierno,
que anda por libre, hago y deshago
lo que me viene en gana.
 
Puedo hasta respaldar la supresión
de la enseñanza en castellano 
y la  “ desjudicialización “ política en Cataluña.
Los que no estén conformes,
que acudan al Constitucional,
en donde tengo ya mis peones.
No seáis lloricones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario