Se nota que la gente tiene ganas de vacacionar, cambiar de aires, ir a la playa o a la montaña. Los sectores turísticos hoteleros y hosteleros gozan este verano de buena demanda, después de las penurias sufridas a causa del pandémico Covid. El personal ansiaba que llegara el estío, cansado de encierros y restricciones, aunque la inflación galopante causa mella en los bolsillos, obligándole a reducir gastos y acortar los días de desplazamiento vacacional. Se perciben a simple vista los sucesivos relevos, el ir y regresar, rostros alegres al marchar y resignados al volver, sin descartar la posibilidad de repetir, por pocos días o un fin de semana, el nadar en las aguas de la playa, el buffet y la piscina del hotel o los parajes del interior y sus casas rurales. Los que poseen una segunda residencia, destinada al veraneo, pueden utilizarla durante un mes o más; simplemente se trata de cambiar de casa y del entorno habitual, si sus circunstancias personales y familiares lo permiten y aconsejan. Las vacaciones, en cualquiera de sus modalidades, llevan consigo, además del merecido descanso, abandonar la rutina diaria, repartir el tiempo en lo que a uno le plazca y sin molestar a los demás.
Punto de encuentro en el que confluyen opiniones y reflexiones con el afán de aportar un granito de arena al bien de España, de su unidad y lengua universal, la fraternal concordia, recuperar valores ya en el olvido y reivindicar las raíces cristianas de Occidente. Para ello es preciso tomar postura, aspirar a ser un actualizado CRUZADO cuyas armas sean la palabra, la pluma y ejemplar ciudadanía.
lunes, 1 de agosto de 2022
VACACIONES
A los que las disfruten, desearles que no tengan
ningún percance ni queden defraudados. El otoño y el futuro cercano será duro, y
habrá que afrontarlo con las “ pilas recargadas “. A los que no puedan tenerlas
por diversas circunstancias, siempre quedará el consuelo de “ como en casa, en
ningún sitio “. Respecto a los que eligen el extranjero como destino turístico,
y sin conocer bien España, nada se les puede recriminar. Sólo decirles que no
saben lo que se pierden.
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