Antes de que el juez Peinado se pronuncie,
ya saben en la Moncloa lo que piensa
hacer.
Fuentes “ anónimas “ e interesadas
son el “ correveidile “, para preparar
el terreno y resulte baldío el esfuerzo investigador.
¡ Osadía llamar a declarar como
testigo,
aun en su propio despacho, a tal Señor !
Se puede salir trasquilado y acusado de
inquisidor.
Eso, aun en el caso de que le abran la palaciega
puerta
e incluso, con cualquier pretexto, se eluda la
citación.
Hasta el 30 de Julio se barajan diversas
argucias:
desde recurrir testificar, asistir a una
concertada reunión,
no perjudicar a su esposa, limitarse al no
recuerdo
o alguna de las triquiñuelas más.
Conocida la catadura del autócrata
imperante,
cualquier cosa de la personificación endiosada,
de la impostura y de la mentira se puede
esperar.
¡ Ojo, vista y al toro !, Señor
Juez.
Le tienen ganas y van a por Usted.
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