Las encuestas publicadas indican que, a día de hoy, si se celebrasen elecciones generales saldría victorioso el PP. Parece lógico dada la gestión del Gobierno, crisis económica, paro, etc.; pero hasta las elecciones pueden ocurrir muchas cosas, incluso la no deseable situación que perdurasen o agravasen los problemas apuntados y, así y todo, no gobernar el PP de no obtener mayoría absoluta.
Imprevistos de última hora y oportunas alianzas podrían hacer que el PSOE siguiera gobernando contra todo pronóstico. A los nacionalismos vasco y catalán, del menos al más extremo ( especialmente al primero , incluida ETA), les interesa, para su fines soberanistas diseñados a largo plazo, un Gobierno como el actual y un Presidente como Zapatero que, por considerar trasnochado el concepto de España como única nación y su unidad, es propenso a hacer cuantas concesiones se le exijan, revistiéndolas de retorcida legalidad y administrando pasos y tiempos; concordante con la configuración del nuevo modelo de Estado que tiene en mente y evidencia en hechos. El PP no les ofrece tantas “garantías “ni sus bases y votantes se plegarían a ello, pese a precedentes de recíprocos apoyos coyunturales referidos a otros tiempos, circunstancias y límites definidos.
Hay oscuros , tenebrosos terrenos y vericuetos ,reservados a unos pocos “ estrategas” que maniobran , mueven hilos y teledirigen sin dejar rastro, aunque pueden intuirse. La “oportuna” masacre del 11-M decidió que el PP dejase de gobernar, cuando todos los vientos corrían a su favor.
Si la situación económica y creciente paro de aquí allá no se endereza, la única baza a esgrimir por ZP será, como bien apuntan reputados analistas, la "liquidación", aún temporal, de ETA, que bien dispuesta estaría a hacer el paripé, para facilitar un gobierno socialista. Después ya se pasaría al aplazado cobro total de la factura (aunque hay anticipos a cuenta en contradicción con la probada eficacia policial), cuyo presupuesto puede estar elaborándose. Es decir, una especie de 11-M incruento, pero con autoría intelectual ostensible. La del 11-M, siniestra y permanente incógnita, posiblemente fuera y siga siendo desconocida para quien resultase, en apariencia, el máximo beneficiado, aunque el perjuicio recayó sobre las víctimas y España.
¿Y qué tiene que ver el nacionalismo catalán con esto?. Por no alargar, tan solo recordar la entrevista de Carod Rovira con ETA en Francia para que en Cataluña no "actuase"; guiños recientes, solapados y a la vista, ahí están.
Pueden sobrevenir otros imprevistos de naturaleza diferente, inimaginables a la recta razón; pero dejémoslo estar. Esperemos que la memoria no falle y prevalezca sobre fatales destinos el sentido común y patriotismo del pueblo español.
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