Se ha publicado que a petición de Zapatero, El Rey telefoneó al Monarca alauita para mediar en el" conflicto" con Marruecos desatado por las últimas denuncias, sobre vejaciones a súbditos de este país en el paso fronterizo de Melilla, achacadas a la Policía española. Sin entrar en el fondo del asunto por desconocimiento directo del mismo, de entrada y a la vista de algunas versiones españolas ofrecidas, cabe sospechar una nueva patraña marroquí y ya quisieran l@s “ morit@s” ser tratados por su Policía con la consideración que les es dispensada por la nuestra.
Ante asunto tan nimio y presumiblemente injustificada queja extraña la intervención de nuestro Rey, caso de haberse producido; sería como “matar moscas a cañonazos”, pese al afecto personal que se profesan ambos monarcas, cuando el cauce habitual y proporcionado correspondería al ámbito diplomático, a nivel de embajada o consulado. ¿O es que Mohamed VI está preparando el terreno, caldeando el ambiente, para iniciativas y contumaces propósitos más "serios",graves y preocupantes ? Recientes "gestos" podrían ir en tal dirección. En tal caso sería comprensible, ante posible pasividad o ineficacia del Gobierno español , la mediación Real. Más alejado, lo de Perejil fue un simple señuelo, un tanteo, un pulso para, según dice gente bien informada, iniciar otra “marcha verde” sobre Ceuta y Melilla, que quedó desbaratada por la decidida actuación del Gobierno de Aznar y amplio despliegue, en prevención, de nuestras FF.AA en la zona, con el respaldo de países aliados. Aquello acabó con interiorizada humillación, no olvidada, para Marruecos y no es descabellado pensar que bien pasó factura.
Las relaciones bilaterales con este país fronterizo deben funcionar correctamente, más aún cuando hasta la fecha parece implicado en la contención del extremismo fundamentalista musulmán, pero hay ciertos límites que no deben sobrepasarse ni tolerarse si se rebasan. Y para eso se precisa de un Gobierno serio, decidido, creíble y respetado.
Alguien dijo que nuestro Rey es el “mejor Embajador de España”, en base a su prestigio internacional y que, discretamente, grandes servicios le ha prestado, lo que parece evidente; pero la adecuada dirección y ejecución de la política exterior, en defensa de los intereses españoles, corresponde al Presidente del Gobierno a través del Mº de Asuntos Exteriores y no parece que sea acertada.
Por contra se han echado en falta, o al menos no se han visto, algunas decisivas mediaciones u ostensibles gestos, en asuntos internos de especial trascendencia para la Nación y arraigados valores consustanciales a ella. Bien demostró su “auctoritas” y ascendencia el 23-F.El paso del tiempo y las altas responsabilidades pueden acarrear ciertos desgastes y achaques en la salud, aunque no menguar el patriotismo de D. Juan Carlos; por lo que también cabe suponer que no han habido silencios, sino que sus prudentes recomendaciones, en privado, han podido caer en saco roto si el receptor “se ha hecho el sueco” pagado en su mesiánica suficiencia como faro de la alianza de civilizaciones. Otras recomendaciones, públicas, a diferentes destinatarios-responsables políticos- si cayeron en saco roto, a la vista de cómo está España.
Estoy totalmente encontra de usar la figura del Rey en asuntos menores, y más aún, cuando el hecho en sí, es fruto de arducias políticas consentidas por la monarquía alauí. El Rey no es el comodín del público, no es el que apuntala un gobierno débil, ni el que aporta sentido común a las relaciones diplomáticas. El Rey debe ser la "última" herramienta diplomática o no, perdón, para ZP el Rey con su disponibilidad 24 horas 365 días al año es el sustituto de un Moratinos de vacaciones, que seguro anda por los Cuba tomando el Sol junto a un buen "Cuba Libre" pagado por el "Libertador" Fidel¡JAJA!
ResponderEliminar¡JAJAJA!Constatado, casi acierto. El Ministro "DESATINOS" según Hermann Terscht (de este me fío), ajeno a cualquier tensión diplomática continúa de vacaciones en algún lugar de Francia. Casi, una República Chauvinista por otra Bananera, jeje.
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