Un tal Mounaim Chaouki, presidente del Comité de Liberación de Ceuta y Melilla, ha afirmado en una entrevista que “ el Partido Popular es el gran enemigo del mundo islámico, de los árabes y de los marroquíes”. Este curioso personajillo y su bien pagada afirmación no merece se le preste atención; al fin y al cabo es un simple agitador de la inteligencia marroquí y los tipos como él, a menudo, se prestan a dobles juegos y al servicio de “patrones” diferentes que sean generosos en la remuneración.
Así pues, desechado el individuo y lo por él dicho, si que procede hacer unas someras consideraciones generales sobre rasgos diferenciadores entre democracias y usos occidentales y regímenes islámicos y árabes En los países occidentales, entre ellos los europeos, constituidos en Monarquía o República y cualquiera que sea el color del partido que gobierne, se procuran observar los derechos humanos, la igualdad, el respeto a las creencias de los demás, la libertad de expresión, participación política,…En definitiva, todos aquellos principios que conforman la democracia, con la separación de poderes y procedimientos de control para corregir disfunciones, pues aunque nada es idílico y se producen actos que se apartan de las “reglas del juego” se tiene asumido lo de que la democracia es el sistema menos imperfecto o malo.
Si te desplazas a otro país respetas las costumbres del mismo y si se trata de otro de diferente “cultura” (árabe, musulmán, subsahariano, India, China, etc.…), aunque no la compartas, te esfuerzas más en respetarlas, procuras no ofender sentimientos extraños y ajenos. Ese modo general de comportarse ya lo practicas en el tuyo, el de origen, respecto a las personas de otras “culturas” que lo visitan o en el se afincan; solo se pide que el visitante o afincado haga lo propio, aunque en demasiadas ocasiones con excesiva pusilanimidad, llevada al extremo para no herir susceptibilidades.
En Occidente, de raíces judeo-cristianas, se alzan mezquitas por doquier, mientras que en la mayor parte de países musulmanes se impide levantar Iglesias, exhibir símbolos cristianos, la enseñanza del Evangelio,…y son contados los que permiten ciertas tolerancias sometidas a continuo control y restricciones. En pura lógica debería aplicarse el principio de reciprocidad en cuestiones como estas; no se puede levantar una Iglesia en tu país, no autorizo una mezquita en el mío; no permites una emisora por la que se puedan transmitir mis valores, yo no autorizo una televisión en el mío de contenido musulmán,….y así podríamos seguir con ejemplos, que están en la mente de todos. No se trata llevar al extremo el refrán “cada uno en su casa y Dios en la de todos”, pero si en parte el significado subyacente al “allá donde fueres haz lo que vieres”.
Se podrá argüir:” ¡hombre! nosotros somos una democracia y no debemos actuar como esos regímenes autocráticos, fundamentalistas, que por no respetar no respetan ni a los suyos que los muelen a palos. Es verdad, no debemos permitir la lapidación a la mujer, el ahorcamiento a homosexuales como en Irán, la extirpación del clítoris ni la sumisión vejatoria de la mujer, la amputación de manos a ladrones,…”.Claro que no, faltaría más; pero dada la falta de reciprocidad, el abismo cultural que nos separa y el permanente victimismo del que hacen gala, lo que no procede es que seamos “encima de cornudos, apaleados”
HAGAMOS UNA PLATAFORMA DE "REPROCIDAD· oBLIGUEMOS AL GOBIERNO QUE SEA RECIPROCO EN SUS ACTOS. NP SE PERMITEN IGLESIAS ALLI TAMPOCO MEZQUTAS AQUI
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