Se está hablando mucho de los graves perjuicios económicos que sufriría Cataluña en el caso de una hipotética independencia. Dando por sentado que así sería, incluido el quedar fuera de la Unión Europea y los inconvenientes para ser reconocida internacionalmente como nueva nación desgajada de España, no son estas las razones que deben primar para señalar el desastre que acarrearía la locura secesionista, por didácticos y disuasorios que sean los argumentos esgrimidos. Sencillamente es que no puede ser. Aparte y por encima de la inconstitucionalidad- ya que las leyes pueden cambiarse-, está el legado histórico de la unidad de España a preservar.
Con la alusión a una hipotética independencia se corre el riesgo de dar alas al secesionismo y, sin pretenderlo, se entra en el juego de los separatistas al plantearse teóricamente un escenario improbable, pero no descartable en un futuro si se incumpliera el deber de custodiar la herencia transmitida, generación tras otra, durante siglos. La proclama firme de la indisolubilidad de España debe preceder o acompañar a cualquier explicación de las consecuencias dañinas que implicaría cualquier veleidad independentista.
Con vistas a la proclamación y consecución de la independencia de Cataluña hay diseñado un plan visible que, pasito a pasito, va haciendo camino mediante la práctica de hechos consumados y saltándose la Ley cuando le place. Confiemos en que, al menos, haya un plan-respuesta y voluntad de llevarlo a la práctica en el momento oportuno. Las alarmas rojas no dejan descaradamente de sonar.
.¿Qué importan los temas económicos cuando lo que se quiere es desmembrar la Patria?¿Saben el Sr.Rajoy y sus ministros lo que significa Patria? Parece que les da vergúenza decirlo. Y de los dirigentes de las izquierdas ¿ para qué hablar ?
ResponderEliminar