sábado, 18 de octubre de 2014

EL DOMUND APELA A LAS CONCIENCIAS.

 

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Todos exigimos a los gobiernos y organismos internacionales, y es necesario hacerlo, que dediquen más recursos para atender las necesidades mínimas de los más desprotegidos y vulnerables que, por millones, abundan en el mundo. Los diferentes males y amenazas de todo tipo, que sufren o a los que están expuestos, son sobradamente conocidos: explotación, exterminio, discriminación, huidas desesperadas por conflictos bélicos, desnutrición, analfabetismo, enfermedades graves -de actualidad son las provocadas por el virus ébola- sin suficientes medios para controlarlas y curarlas, cebándose todo ello con los que, a duras penas, malviven en la impotencia, la desesperación y sin esperanza de librarse del infortunio fatal.

Ante tal panorama desolador, es indispensable preguntarse qué se puede hacer a nivel personal, conforme a las posibilidades de cada cual, para paliar tantas desgracias. Mañana, domingo, día del Domund o de la Iglesia misionera, es una ocasión especial para reflexionar sobre qué podemos aportar y dar nuestro donativo, por pequeño que pudiera parecer a simple vista según la apreciación individual de los indecisos y de los dispuestos al donativo.

Para poder valorar la importancia de las donaciones, hay que escuchar los testimonios de los misioneros esparcidos por todo el orbe sobre el gran bien que se hace con ellas en favor de los necesitados, impensable para las sociedades del desarrollo. Sin esfuerzo, tan sólo prescindiendo de algún capricho o reduciendo parte de un gasto no necesario o esencial, se multiplica por muchos dígitos lo que repercutirá en beneficio de los obligados a ser los parias de la Tierra. Y por supuesto, como reza el refrán:" cuanto más azúcar, más dulce".

El Domund es una llamada a nuestras conciencias. No le hagamos oídos sordos. Si encima el creyente eleva una plegaria por esa paupérrima gente- vergüenza de la Humanidad- y por los entregados "in situ", en cuerpo y alma, a la acción misionera, expuestos a toda clase de peligros, será bien acogida en lo Alto.

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