miércoles, 23 de mayo de 2018

FRAUDES POR “ ARRIBA “ Y POR “ ABAJO “

Con frecuencia se suscita un dilema al intentar contratar a algunas empleadas de hogar,confiando, de entrada y a falta de referencias que las avalen, en su buena fe, voluntad de permanencia en la labor y en un deseado bien hacer. Uno de los aspectos del referido dilema es si se formaliza el contrato, causando la correspondiente alta en la Seguridad Social, pagando el empleador la cotización, o si se prescinde de ello.

Muchas veces, más de las que se cree, la aspirante al empleo prefiere que no se haga así, que se le pague en “ negro “ y a un precio/hora más elevado del que se le oferta, bien porque está cobrando el paro o porque tiene ya un contrato de media jornada por horas, y que para el resto de la misma - por la mañana, tarde o incluso por la noche- quiere obtener o consigue unos ingresos, por similar cometido, que no se declaran ni se cotiza por ellos a la Seg.Social.

La resolución de la disyuntiva planteada puede inclinarse por el cumplimiento o no de la legislación laboral. Si se opta por lo primero, que es lo deseable y exigible, puede darse el rechazo a la oferta del empleo, se queda sin cubrir el servicio perentorio ofrecido y hay que seguir buscando. Si, por lo contrario, se accede a la pretensión irregular, se comete una ilegalidad y se corre el riesgo de ser denunciado y sancionado.

Si, además, se tiene en cuenta la suma de la inmensa bolsa opaca, derivada del ejercicio de otras clases de trabajos y actividades distintas cobradas en “ B” - sin declararse tampoco ante el fisco ni cotizar por ellas y eludiendo  el pago del IVA cuando procede-, el fraude masivo es de infarto.

Si, por añadidura, se tiene en cuenta la escasa o nula verificación por la Administración de la situaciones reales de desempleo y el de las indebidas prestaciones y ayudas oficiales que se otorgan, la sensación de impunidad se generaliza.

Y es que, centrados en la corrupción y demás fechorías de los de “ arriba ”, se admiten como normales- “ pecadillos veniales “- los fraudes de los de “ abajo “. Mientras tanto, a los ciudadanos cumplidores con los deberes cívicos sólo les queda la tranquilidad de la conciencia, aunque se les revuelven las tripas ante tanta sinvergonzonería.

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