Son muchos los servidores públicos y de otros servicios esenciales que, en razón de su oficio , no estarán con sus familias en los días y horas centrales del periodo navideño, sin que por ello se hunda el mundo. Vienen a la mente, por ejemplo, parte del personal sanitario, de la milicia, policía, bomberos y demás servicios imprescindibles, inmigrantes y emigrantes, misioneros,etc. La lista es muy larga, sin podernos olvidar de las personas hospitalizadas ni de las abandonadas.
Tales situaciones contrastan con algunos lamentos
y quejas por no poder desplazarse y reunirse, a causa de la pandemia, con los
seres queridos en tan entrañables fiestas. Hay que asumir las cosas tal como
son, sin rasgarse las vestiduras por ello. Cuando las circunstancias lo
permitan, tiempo habrá para compartir la compañía que ahora no procede. Habrá
otras Navidades y eventos especiales en las que ya no estarán los que
fallecieron o vayan a morir por el Covid-19 u otras causas, aunque su recuerdo
permanecerá en familiares y amigos.
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