Tal como se intuía que iba a ocurrir, el Congreso
aprobó hoy la propuesta del Gobierno para
la ley de eutanasia en España. Lo fue con 198 votos a favor y 138 en contra
de PP, VOX y UPN, absteniéndose CDC y
Teruel Existe. Un día triste para España y la vida, ya que esta proposición de
Ley Orgánica será irreversible en su curso parlamentario. En vez de incentivar
los cuidados paliativos, se ha optado por la muerte directa o el suicidio
asistido médicamente, sin atender ni recabar los pronunciamientos ético-morales
de las organizaciones médicas, ni los de la Iglesia, otras confesiones
religiosas y ni siquiera los de diversos intelectuales y filósofos creyentes o
agnósticos.
Se prevé que en España
entre en vigor a principios del próximo año, sumándose a los escasos países del
mundo que tienen legalizada la eutanasia, entre ellos Holanda, Bélgica,
Luxemburgo, Canadá y Colombia. En los EE.UU. se permite en unos pocos Estados, y
en Australia en el de Victoria. Como se puede apreciar, el valor por la vida
prevalece sobre la muerte, aunque se diga que las personas tienen derecho a
decidir cuándo poner fin a la suya. Si se admitiese de forma general la “
autoliquidación” extrema, como algunos defienden, se podría llegar a elegirla a
la carta, mediante pastillas elaboradas al efecto y de libre
adquisición.
Para aliviar los sufrimientos de
los enfermos terminales o sin cura, lo más adecuado son los cuidados paliativos
y el acompañamiento afectivo. Con ello se mitiga el dolor y se eleva el ánimo de
los pacientes. La muerte llegará, pero será digna y sin dolor.
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