El Rey D. Felipe VI pronunció su discurso de
Nochebuena de forma impecable, tanto en la forma como en el fondo de sus
palabras dirigidas a los españoles. Sereno y con el rostro serio, expuso la
gravedad de los desastres que ha originado y está causando la pandemia,
agradeciendo el sacrificio enorme del personal sanitario y demás colectivos que
han contribuido a combatirla y paliar su efectos. Insufló aliento para afrontar
el futuro con esfuerzo, responsabilidad, solidaridad y unidad. Aludió al
problema del paro juvenil, a las dificultades económicas de los sectores
productivos, a las penurias de muchas familias y de los más desprotegidos,
recordó a las víctimas del Covid-19, y reivindicó la obligación de observar la
ejemplaridad y la ética por encima de intereses personales, lazos familiares y
afectos.
El discurso, seguido por millones de españoles,
no defraudó. Sólo lo han censurado la extrema izquierda y los nacionalistas, que
dicen no sentirse representados por la Monarquía y lo que quieren es derribarla
y acabar con el Estado constitucional vigente ¡ Allá ellos con su perra ! La
inmensa mayoría de los españoles está a favor de la Constitución y de la
Monarquía parlamentaria. Con ellos gritamos ¡ Viva España! y ¡ Viva el Rey
!
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