jueves, 10 de diciembre de 2020

LA CARTA AL REY

  

 
 
En la carta que varios altos mandos militares jubilados han remitido al Jefe de la Casa Real, para que dé traslado de la misma al Rey, al que le reiteran su lealtad, se expresa fundamentalmente la preocupación por el peligro que corre nuestra democracia, la unidad de España por los embates secesionistas, la división de los tres poderes del Estado y los ataques a la Corona, dada la deriva emprendida por el Gobierno social-comunista. Lo mismo opina la mayoría de los españoles, señalándose también por escrito y oralmente en diversos medios mediante el ejercicio de la libertad de expresión. La citada misiva no incita ni propugna un golpe militar, pero el Gobierno ha querido ver o trasladar a la opinión pública una posibilidad que, a día de hoy, no existe ni se espera, ya que nuestras Fuerzas Armadas actúan conforme a la legalidad constitucional, pese a que muchos de sus componentes no estén personalmente conformes con determinadas decisiones y concesiones gubernamentales.
 
Las Fuerzas Armadas, que tienen la misión constitucional de “ garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional “, dependen del Ministerio de Defensa y actúan conforme a las directrices del Gobierno de turno, el cual tendría que ser el primero en procurar que la misión constitucional expresada no corra el riesgo de ser conculcada, ni consentirla ni facilitarla.
 
“ La milicia es una religión de hombres honrados ”, escribió Calderón de la Barca. El servicio en la misma imprime carácter: lealtad, compañerismo, disciplina, honor, sacrificio, obediencia y otras virtudes, para lo que se precisa una alta vocación. Nuestro Rey Felipe VI es el primer soldado y servidor de la Patria. Sólo él debe saber los sinsabores que pasa y los silencios que guarda. Los demás los imaginamos.

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