miércoles, 30 de diciembre de 2020

LA NOCHEVIEJA

  

De joven quería comerse el mundo,
 
como si la vida no tuviera final,
 
pensando que siempre será primavera
 
y el otoño nunca llegará.
 
Pero el tiempo corre que se las vuela,
 
dejando atrás el pasado, lo deseado y no alcanzado,
 
los anhelos conseguidos, los amores y desengaños.
 
Pasan los días, llega el invierno y el final del año.
 
Duda si celebrar la Nochevieja o acostarte temprano.
 
Opta por cenar ligero, levantarse de la mesa
 
e irse a la cama alejado de los familiares jolgorios.
 
Surgen añoranzas y relampagueos del pasado en su mente.
 
Oye las doce campanadas del televisor del comedor procedentes,
 
risas porque la ingesta de las uvas no las acompasan,
 
brindis por el año entrante y el tintineo de las copas.
 
De pronto se hace silencio,
 
sólo escucha una voz tenue que dice:
 
entrad despacito, puede estar ya dormido.
 
Depositan besos en su frente, seguidos de ¡ Feliz Año Nuevo !
 
Levanta la mano, enciende la luz del dormitorio,
 
abre los ojos, esboza una sonrisa a sus convivientes,
 
diciéndoles sin fuerzas para el énfasis: ¡ Que os sea dichoso,
 
dure mucho vuestra primavera y os llegue tarde el otoño ! 

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