De las 11 denuncias contra el ex presidente de la
Generalidad valenciana, Paco Camps, 10 han acabado en archivo o absolución,
quedando sólo una pendiente de resolución judicial, creyendo el Sr. Camps que el
final de la misma será igual. Durante años -y casi todos los días- fue sometido
a juicios paralelos por los medios de la izquierda, en una persecución imparable
e implacable, causándole un daño moral irreparable por tan prolongado y
machacante ensañamiento. Él siempre mantuvo y defendió su inocencia, y así ha
resultado ser hasta ahora. Quienes le conocen bien, saben que es un hombre
honrado, no dado a perversas maquinaciones ni “ al todo vale “ en la
política.
En una reciente entrevista ha manifestado que si
su partido, el PP , se lo pidiera, le gustaría y accedería a presentar su
candidatura a la alcaldía de Valencia en las próximas elecciones municipales, lo
que no es previsible ni aconsejable que se produzca. El “ calvario “ que ha
sufrido, más el subsiguiente e inmerecido desgaste personal y político, son
motivos suficientes para no plantearse tal hipotético futurible. Su larga
experiencia valdría para aconsejar cuando se lo pidan, pero no sería oportuno
estar en primera línea, además de que hay que dar paso y oportunidad a las
acreditadas nuevas promesas “ peperas “.
El ensañamiento mediático y político izquierdista
contra él se perpetró también con su admirada Rita Barberá (D.E.P.),
precipitando su fallecimiento. Fue conocida como “ La alcaldesa de España “ por su valía, personalidad desbordante, empatía y
popularidad en todo el país, aunque lo fue de su amadísima Valencia, a la que
sirvió con entrega entusiasta, amor sin límites, eficacia y
honradez.
Ahora, los tiros izquierdistas del “ Todo vale “
contra el PP, aunque de palabra, por escrito y con falacias, se disparan
preferentemente contra Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad madrileña,
se acrecientan por la proximidad de las elecciones autonómicas en la citada
Comunidad. Otra cosa es que acierten y derriben el blanco. Está todo en el aire
y el viento puede desviar la trayectoria. Ya se verá.
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