Quieres escribir, y se acumulan las ideasen un mar de confusiónsobre qué tema tratar.Todos han sido planteadospor mentes más o menos lúcidas,no quieres repetirte en lo que escribiste ya.La escritura estimula las neuronas,unos lo hacen por distracción,otros por la obligación de su oficioacumulan arte y experiencia,y a una anécdota o suceder diariole dan la vuelta, sacándole puntilla,para redactar la columna comprometida.Éstos, siguiendo siempre o no la línea editorialdel medio en el que escriben,tienen sus detractores y admiradores “ fans “.Ante la duda planteada al inicio,lo más práctico es dejar correr el día,pues nada te obliga a ello.Leer la prensa, escuchar el telediario,prestar oído a lo que dice el común de la gentey observar la realidad, tal vez te anime a escribirmañana u otra posterior jornada,conforme al sentir de tu conciencia.Si fuera así, nada nuevo aportarás,pero al menos harás ejercicio mental.Lo que iba a quedar en una hoja en blanco,ha sido emborronado con lo que no pensaba,pero he matado el rato con lo que a nadie le interesará,juntando letras para retrasar la llegada del deterioro intelectual.
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