¿ De dónde ha salido la gentuza
que promueve y aprueba leyes
nefastas,
sectarias, contra el derecho a la vida
y al normal sentido común ?
Algunos tienen o se les presupone mucha o
aceptable cultura;
otros parece que insuficiente o que no fueron a
la escuela,
y no se les emplearía ni para recoger la
basura;
trabajo digno, necesario e
indispensable
en toda civilizada y moderna
sociedad.
¿ Son la personificación del mal
o invasores extraterrestres mutantes,
que invierten la escala de valores,
pretendiendo que se acepte como
normal
lo que a todas luces no lo es,
imponiéndolo estos nuevos
inquisidores,
que dictan lo que está bien y mal ?
Sean quienes sean, procedan de donde
procedan,
su aspecto es humano, pero son
desalmados.
Los ellos, ellas y elles, que no comparten el
proceder del mandamás,
si quieren mantenerse en el sillón gubernamental
o parlamentario,
tienen que ser sus voceros sumisos.
Si optan por el no, tendrán que buscarse la vida
fuera del chollo oficial,
si no les abren las puertas giratorias , o
concertar reserva
para ir e instalarse en otro planeta solar.
Tal vez se topen con la suerte y los acojan los
habitantes de allá.
Hay quienes elucubran sobre su existencia,
aspecto físico
e inteligencia superior a la
terrenal.
De haberlos, cabe sospechar que sus
gerifaltes
no sean dados a las maldades, y a los que les
salen rana
nos los pasaporten hacía acá.
El caso es que la gentuza, sea
autóctona o extraterrestre
camuflada,
está entre nosotros. Nos ha amargado y complicado
la vida.
Es incomprensible asimilar a lo alto que ha
llegado,
y el legado putrefacto de presente y futuro que
nos ha legado.
Esperemos que algún día cambien las
tornas,
se deroguen las leyes inicuas,
se emprenda el camino recto,
quede atrás el maloliente torcido
y no vuelva más.
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