sábado, 29 de octubre de 2022

VIVOS Y MUERTOS

Hay que tener miedo a los vivos, no a los muertos. Estos no hacen mal a nadie, no se aparecen ni causan terror. Entre los que habitamos en este Mundo, se dan la maldad y la malicia, así como el obrar bien y la bondad. Las primeras llenan a diario los titulares de los medios; las segundas suelen pasan de puntillas o ignoradas en los tratamientos informativos, pese a lo mucho que se prodigan.

 
La curiosidad, a veces morbo, por lo negativo y rechazable es más vendible, prevaleciendo sobre lo ejemplar e imitable.
 
En la potencial dualidad de actuar, que se da en el ser humano, hay que querer y saber elegir el camino recto y adecuado, para no dañar a los demás, desterrando las espinas hirientes y regalando la deleitante ambrosía amorosa.
 
Los fallecidos descansan en la paz eterna. Que el piadoso Dios los tenga en la Gloria.
 
En estos días de especial recuerdo para los que ya dejaron atrás la vida terrenal, los camposantos se embellecen con geranios, rosas y claveles. Por los idos se elevan súplicas y oraciones. Ocasión propicia para meditar también sobre la fugacidad de la vida, tratar de enmendar los yerros cometidos, pedir perdón y perdonar. Por ello, nadie se ofenderá.

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