LA TRAVESÍA VITAL

  

 

 

 

 

 

En la vida hay imponderables

 

que no se pueden evitar;

 

solo meditar sobre ellos,

 

y hacerlo en soledad,

 

alejados del ruido callejero.

 

Adaptarse a las buenas y malas rachas contingentes

 

de la travesía vital, mientras el cuerpo aguante, 

 

es un diario reto decisivo,

 

según sean la conciencia individual,

 

la capacidad de resistencia

 

y el afán de superación de cada cual.

 

La ponderación serena puede diferenciar

 

lo imponderable de lo mutante,

 

lo perenne de lo caduco,

 

lo imbatible de lo vencible;

 

motiva a rebelarnos, no contra nosotros mismos,

 

sino para oponerse a lo que es nocivo

 

para la sociedad.

 

La vida y sus aconteceres llevan

 

asperezas, amarguras y dulzuras.

 

Es reconfortante donar amorosa miel.