Urge el relevo de Putin, que le sustituya una persona sensata por el bien de Rusia y la Humanidad. No debería seguir en el poder quien es un criminal de guerra. Ese hombre que no duda ordenar el bombardeo contra la población civil ucraniana. Con él, deberían ser apartados los duros del Kremlin que le estimulan en su maldad y le apoyan, para que cesara la guerra contra Ucrania, y Occidente pudiera confiar en Rusia, sin perjuicio de las diferencias democráticas que las separan.Se sabe por qué y cómo empiezan las guerras, pero no cómo pueden acabar. En cualquier caso, ninguno de los contendientes sale beneficiado, ya que las muertes y la destrucción afectan, en mayor o menor alcance, a los bandos enfrentados. Pero como las guerras existen, hay que respetar las reglas de las mismas y no ensañarse con los civiles no combatientes. Ante la invasión de otro país, contraria al Derecho Internacional, es obligada la legítima defensa para defender su integridad nacional.Se dice que “ El que resiste vence “. Los ucranianos están dando muestras evidentes de valor y moral alta, y parece ser que la moral bélica de los soldados rusos, empujados con engaños a una guerra no deseada, está en tela de juicio o por los suelos.Putin y sus belicosos sicarios activos del Kremlin, sean finalmente o no los vencedores, deberían ser juzgados y condenados por crímenes de guerra contra la Humanidad. Ello, aunque merecido, tendría pocas posibilidades prácticas de llevarse a cabo. Pero, por si acaso, podrían asilarse en China y, para ir aclimatándose a las costumbres de este país, practicar con el manejo de los palillos para comer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario