Rubalcaba es un todo terreno capaz, trabajador, igual vale para un roto que para un descosido. Representa las esencias de la vieja guardia; es consumado experto en marrullerías, manipulación, tortuosos y oscuros caminos, en el arte de fingir y negar lo evidente, con demasiados tics dictatoriales que no logran encubrir el ascético recogimiento de manos, caída de ojos, pedagógico verbo suave, enjuto talle, ojillos picarones y aseado vestir de funcionario u oficinista maduro. Tal vez el apelativo de siniestro, por ribetes maquiavélicos, le vendría como anillo al dedo. No aparenta ser lo que su conocida trayectoria política certifica. Se le supervalora y teme a la vez, de lo que se regocija y aprovecha; respecto a la supervaloración será, viendo el resto de ministros y ministras, por aquello de que “ en el país de los ciegos, el tuerto es el rey” y se le teme porque tiene poder y lo ejerce, aunque a su manera.
¿Responde al perfil de Rubalcaba lo que se espera y es exigible en una sociedad moderna y democrática? Por supuesto que no, si se piensa en los intereses generales y en las artes del buen gobierno.
El pueblo ansía líderes que les ilusionen ( no ilusionistas), ofrezcan credibilidad, sean veraces, competentes, ejemplares, que expongan los problemas en su cruda realidad y soluciones aunque impliquen sacrificios, administren los dineros como “ un diligente padre de familia”, respeten la discrepancia y la división de poderes, destierren favoritismos, tengan vocación de servicio y no de servirse. El ciudadano quiere, más que vividores de la política, gestores que solucionen problemas y no que los creen, transparencia, etc..... Está hastiado de demagogia, críptica palabrería o hueca, hipocresías, falsos quereres, mercadeo de votos y prepotencias. En definitiva, quiere gobernantes serios que administren responsablemente y lo sean de y para todos; que respeten para hacerse respetar, que sean modelos de ciudadanos.
Si Rubalcaba es, en el Gobierno, el tuerto entre los ciegos ¿cómo serán los demás del Gabinete?. La respuesta es bien sabida, sus hechos y palabras lo/as ponen al descubierto.
El sistema “partidocrático”, tal como se lleva por estos lares patrios, ha fracasado. Hace falta un regeneracionismo y no solo en el PSOE, para iniciar la andadura de recuperación económica, valores perdidos y unidad nacional que nos lleve, por costoso que sea, a recuperar la fe en nosotros mismos y el respeto internacional. Gente capaz la hay, aunque hay que empezar por desalojar a quienes nos han empujado a la actual situación.
No estaría demás que el PP si se alzase con la victoria en las generales, actuase con determinación y tiento para no reincidir en errores pasados ni seguir los mal pasos del actual gobierno, rectificando tanto sin sentido cometido.
Se es consciente que tal vez sea pedir demasiado; pero, al menos, que no encarcelen un sueño.
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