No es una inocentada, no hemos llegado al 28 de Diciembre. Santiago Carrillo nombrado hijo predilecto de Gijón con el voto a favor, nada sorprendente, de IU y PSOE más el del PP que sí lleva a estupefacción por insospechado e inaudito. Pues, nada, acudamos al dicho “Cosas veredes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras” (soslayando paternidad, contexto y mutación de la frase original). Tan torpe ha actuado el consistorio gijonés, como avergonzados han quedado los “culo mollau” con sentido común y del ridículo, que en mucho se prodigan, por pundonor, en Gijón. Dicen que los del PP locales, para equilibrar la balanza, propusieron a Rodrigo Rato para el mismo reconocimiento honorífico, también acordado. Desde luego “hay amores que matan”, en menudo compromiso han debido meterle, ¿ó no, como diría Rajoy?); máxime si, como hombre de finanzas y práctico, piensa lo de “Don, sin din, c…en latín” ó, como distinguido caballero y para evitar líos, aguanta el tipo y acepta “bailar con la más fea”
El tema hay que tomarlo a guasa, cual si de una broma se tratara; aunque, bien visto, es menor comparado con las barbaridades que se vienen perpetrando con el pretexto de la “Ley de memoria histórica”, que bien podrían haber rotulado “Ley del embudo”.¡Vaya lumbreras! que quieren “matarnos a disgustos”; aunque Santiago Carrillo no empleó o consintió, precisamente, métodos de ejecución limpios y refinados. Para no limitarnos a las conocidas matanzas de Paracuellos están, entre otros, los testimonios y documentos de quienes fueron sus camaradas en el PCE, muchos ya fallecidos , tales como Lister (libro:” Así destruyó Carrillo el PCE) y Francisco Abad (informe elevado al PCUS y PCE en 1955), en donde se citan los procedimientos expeditivos utilizados por el "Marqués de Paracuellos"( todo llegará) contra sus propios compañeros. Pero dejémoslo estar y que siga la chanza. El vergonzoso acuerdo del Ayuntamiento de Gijón no va a impedir que nos felicitemos las cercanas navidades y año nuevo con la excelente “Sidra asturiana el gaitero, famosa en el mundo entero”.
Pese a la contribución de Carrillo a la transición democrática, la anterior historia macabra personal que protagonizó ha quedado registrada para la historia. Se benefició con la Ley de Amnistía, pero esta no puede borrar su tétrico pasado del que no se arrepiente.
Como “donde come uno, comen dos”, el que siga el olvidado eslogan navideño “Pon un pobre en tu mesa” , puede preparar cubiertos para segundo invitado en Noche-Buena ante el nuevo anuncio :“ Pon un Carrillo en tu mesa”. Enhorabuena y buen provecho, D.Santiago.
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