Se precisa eso de que tanto se habla, de la regeneración política, insuficiente de por si sola, aunque imprescindible, si no se extiende a las diferentes esferas sociales. Unos más, otros menos, tenemos motivos para reflexionar y rectificar y todos andamos a preservar los respectivos intereses personales o de clase. Lo del bien común, por lo general, ni nos lo planteamos seriamente; más bien suele aplicarse lo de “ ande yo caliente y ríase la gente”. A los que por hondas convicciones no se resignan a arrojar la toalla se les menosprecia, vilipendia, acosa, ignora o se les intenta silenciar. La cosa es “ que unos por otros, la casa sin barrer”.
El patio socialista anda liado en la cuestión sucesoria e inevitable de Zapatero y éste aplazándola con la esperanza de que un golpe de suerte le convierta en sucesor de si mismo.Unos apuestan por Rubalcaba, otros por Carmen Chacón, terceros “ a verlas venir” y Bono, como siempre, “mareando la perdiz” con cara cándida y verbo circunstancial. Son humanamente comprensibles estas posturas, cuando tantos intereses personales y de partido andan en juego; pero conociendo los desastres causados por los gobiernos de Zapatero, con el aplauso o, al menos, consentimiento de sus barones y destacados prebostes, es tema menor lo de la sucesión,¿ qué importa quién sea el/la elegido/a?, cuando lo que urge, por bien de España y la democracia, es una alternancia de otro partido en el Gobierno, previsiblemente el PP en solitario, coalición o encabezando, llegado el caso, un gobierno de salvación, que impulse y lleve a buen término no solo la recuperación económica y el empleo, si no también la ansiada regeneración verdaderamente democrática, de valores y vertebración nacional.
El socialismo de Zapatero ya ha dado sobradas muestras de lo que es capaz. Merece un retiro con la obligada reflexión que lleve al partido a buscar y formar nueva cantera, de tal forma que cuando vuelvan a gobernar lo hagan para todos, sin el trasnochado sectarismo, despotismo e incompetencia de la andadura zapateril. Cuando se ha hecho tanto mal durante tanto tiempo, no valen forzadas e interesadas rectificaciones de última hora.
Si el cambio se produjera no será fácil la tarea para quien asuma la responsabilidad de enderezar la situación, según las encuestas el PP tiene muchas posibilidades a día de hoy. Tendrá que adecentar la casa para que nada huela a podrido, adoptar medidas que conlleven muchos sacrificios, desterrar viejos hábitos de privilegios, impulsar cambios legislativos aunque algunos acarreen impopularidad, promover la digna austeridad y honradez, la diligente administración de los dineros compatible con niveles de calidad y excelencia, no olvidar la justicia social, garantizar la libertad real y seguridad jurídica, la división de poderes, la protección a la familia y la vida, reforma del sistema educativo y enseñanza, el prestigio internacional,etc...¡ Hay tanto por hacer! La tarea será dura, va en el “ peso de la púrpura” a vestir que, cuando bien se lleva,es para servir y no para ser servido ni servirse. Y no olvidar que el pueblo le será muy exigente y la oposición no será como la actual acolchada. De los errores pasados debe tomar nota, para no reincidir en lo que pudiendo hacer no se hizo; aún subsisten caballos de Troya.
En todo caso es el pueblo soberano el que decidirá en las cercanas autonómicas y municipales y posteriores generales. Como siempre, muchos, tapándose la nariz, votarán lo que consideren el mal menor. ¡ Que Dios reparta suerte!
Hoy quiero agradecer, más que nunca los momentos de reflexión, consideración y lectura, que nos facilitan personas como tú. Personas que dedican su preciado tiempo a compartir y a llegar un poco más lejos.
ResponderEliminarAunque con tintes claramente políticos, el artículo llega cuando debe, alcanza mayores cotas y deja entrever gran parte de la dificultad futura que debe hacernos más fuertes a largo plazo, pues detrás de éstas cortinas o mejor, simples y frágiles "estores", está España, nuestra nación y todo lo que representa.