El PSOE ha pedido la convocatoria de un pleno extraordinario del Congreso en el que se pueda votar, en secreto, la retirada del anteproyecto de Ley sobre la modificación de la actual que regula el aborto, aun cuando en el artº 85 del Reglamento se establece que " en ningún caso podrá ser secreta la votación en los procedimientos legislativos o en aquellos casos en los que los acuerdos hayan de adoptarse en función del criterio de voto ponderado".
Se pretende " abortar", según diversas opiniones y a la vista está, el anteproyecto de Ley para que, una vez muerto, ya no pueda seguir el trámite normal parlamentario. Obsesión macabra de los que están, y no sólo en el PSOE, en contra de la vida del "nasciturus", y utilizan demagógica y falsamente el derecho a decidir de la mujer en todos los casos de embarazo. Se hacen portavoces del eslogan " nosotras parimos, nosotras decidimos", y, llevado al extremo, legitimaría que si la criatura que va a nacer puede representar un estorbo, se la elimina sin más.
El anteproyecto retoma lo esencial de lo regulado en la Ley de 1985, promulgada bajo el mandato de Felipe González, y que, posteriormente, Zapatero la modificó, liberalizando en la práctica el aborto. La proyectada reforma actual, susceptible de propuestas modificativas y de concreciones, según diferentes apreciaciones personales e ideológicas- más o menos restrictivas-es más garantista. Lo ideal sería el aborto cero, pero queda en una bienintencionada utopía.
En términos generales y sintetizando, el anteproyecto citado da campo para acciones asistenciales, alternativas e informativas previas dirigidas a la mujer que se plantea llevarlo a cabo, conjugándose la protección del concebido y los derechos de aquella. Cuando es deseado, lo regula en los casos de violación y cuando existan anomalías en el feto que pongan en riesgo la salud física o psíquica de la madre- con informes de especialistas independientes que lo determinen-. La discapacidad por sí sola no lo justifica; las menores de 16 años requerirán autorización paterna; no serán penalizadas las mujeres que aborten; anula el aborto libre en las primeras 14 semanas de embarazo y prevé la objeción de conciencia.
Ante un tema de suma trascendencia, como lo es el de la vida, las votaciones parlamentarias no sólo deben ser públicas, sino que deberían permitir conocer el sentido del voto de cada parlamentario, para recordar su nombre de cara a futuras elecciones si figurasen en las listas, y saber cada cual a qué atenerse en el momento de depositar la papeleta en la urna.