martes, 8 de abril de 2014

LA PELA ES LA PELA.

 

Conforme se viene anunciando, hoy se rechazará en el Pleno del Congreso de los Diputados la propuesta para que el Gobierno delegue en la Generalitat la competencia para celebrar la consulta sobre la independencia de Cataluña, anunciada por Artur Mas para el próximo 9 de noviembre.

Paralelamente a las pretensiones secesionistas, diversas voces piden que se abran cauces de diálogo con el gobierno autonómico catalán. Conveniente es tender puentes de entendimiento, pero no si conllevan cesiones que conduzcan a la fractura de España.

Salvo algunas voces aisladas del empresariado catalán, que se han pronunciado abiertamente en contra del desvarío separatista-otras voces sueltas lo han jaleado-, las restantes de los principales e influyentes gremios que lo componen, también del mundo de las finanzas y la banca con D.O. de Cataluña, han sonado una tanto timoratas, ambiguas, equidistantes en ocasiones, o no se han oído.

Estas fuerzas económicas, de las que algunas se pronuncian sobre el diálogo, que parece imposible por la sordera de Mas, deberían ser las primeras y las más interesadas en oponerse públicamente al secesionismo, y en hacerle entrar en razón para que echara marcha atrás y desmontara el tinglado que ha armado.

En cualquier caso, procede que tomen postura clara e inequívoca para que los clientes y usuarios de sus servicios sepan a qué atenerse y qué hacer con su dinero. La pela es la pela, y algunos sólo se guían por su sonar.

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