Los gobiernos autonómico y municipales de la Comunidad valenciana, en manos de las izquierdas, que prometieron moderación y gobernar al servicio de todos al alcanzar el poder tras los recientes comicios, poco tiempo han estado comedidos y conciliadores. Dejando aparte algunas vergonzosas exhibiciones, como, por ejemplo, las de la impúdica y deslenguada concejal de Alicante " Marisol la roja", se pensó, no sin reticencias y en un ejercicio de voluntarismo, que harían honor a sus iniciales declaraciones de intenciones; fiándose del talante que parecía emanar de las palabras de sus voces más destacadas.
Al margen de seguir la corriente revanchista de la Ley de Memoria Histórica, que propugna eliminar cualquier símbolo o recuerdo que asocian o relacionan con el franquismo, lo sean o no, practican el activismo laicista contra la Iglesia católica y sus manifestaciones tradicionales de culto, bajo el falso pretexto de la aconfesionalidad; tratan de " culturizar" sibilinamente a la población en catalán- lo de la unidad de la lengua y los países catalanes va en su ADN-; procuran silenciar el Himno Nacional y el de la Comunidad, que vinculan despectiva y respectivamente a " facha" y " botiflers"; monopolizan amplios sectores de la educación y la enseñanza, cuya paulatina penetración se viene realizando desde hace años, y su larga mano se extiende a diversos festejos populares con el anzuelo de que quieren fomentar y actualizar las tradiciones valencianas. A este paso llegará el día que declararán señas de identidad de País valençià, fórmula utilizada para eludir la denominación oficial de Comunidad valenciana, la barretina, los " castellets" y la sardana.
El 9 de Octubre, Día de la Comunidad Valenciana, en el que se conmemora la entrada en Valencia del Rey D. Jaime I en 1.238, quieren denominarlo y festejarlo como " Diada del País Valençià ", y que la Real Senyera, que es portada en procesión cívica por el centro de Valencia, no entre en la Catedral en la que se recuerda solemnemente la efemérides con un " Te Deum".
Lo dicho, y otras muestras que se quedan en el tintero, desmienten el carácter integrador y reconciliador que tanto han pregonado. Ahora bien, buenas palabras y modales educados no faltan al miembro destacado de Compromís Joan Ribó- Alcalde de Valencia-, ni al socialista Ximo Puig- Presidente de la Generalidad- quien parece andar a remolque de sus socios del tripartito. Son ganas de marear la perdiz y de enfrentar a los valencianos. ¡ De pena !