Con lo lenta que funciona la Justicia, sorprende la diligencia mostrada por el Juez Santiago Pedraz a propósito de los "twits" de Zapata, ahora concejal del consistorio de Madrid. Da la impresión de que queriendo quitarse la patata caliente cuanto antes de las manos, y para evitarse quebraderos de cabeza con la nueva casta, ha archivado con rapidez infrecuente la querella presentada por Dignidad y Justicia contra el edil, respaldada con la acusación de la fiscalía.
En síntesis, fundamenta el archivo en que el comentario " Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcásser para que no vaya Irene Villa a por repuestos" no es delito, sino humor negro en el ejercicio de la libertad de expresión, y que la propia Irene Villa ha admitido que el " chiste" no le ha causado ninguna humillación( El tipo penal no se reduce a una víctima concreta, su referencia es general: " victimas"). En cuanto al contenido del "twit" " ¿ Cómo meterías a cinco millones de judíos en un 600? En el cenicero", arguye que el enjuiciamiento del delito de incitación al odio y la discriminación no entra en las competencias de la Audiencia Nacional.
El Juez ha efectuado la valoración jurídica y competencial. Ha estimado el " animus jocandi" y no el " injuriandi", pero lo cierto es que tal interpretación se intuía por razones varias. Hubo una apuesta entre dos amigos sobre cómo se resolvería judicialmente este asunto, a salvo de posibles y posteriores recursos, aunque ambos compartían la indignación por los susodichos " twits". El envite lo ha perdido el que creía que, en buena lógica, Zapata sería inculpado; ha pagado este mediodía la comida en juego, y como nada había que celebrar no hubo café, cava ni un chupito después del postre. Sólo una infusión de manzanilla para serenar los ánimos, que no estaban para humor ni chistes.
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